La ofensiva represiva del Régimen del 78 ha llegado para quedarse, el nombramiento de Grande-Marlaska como ministro del Interior es una clara evidencia de cómo gobierno de Pedro Sánchez se propone continuar con el reaccionario legado del Partido Popular.

La aplicación del 155 en Catalunya, que se ha mantenido desde el pasado 1 de octubre hasta hace unos pocos días (con el apoyo explícito del PSOE, Ciudadanos y la Corona), ha tenido como resultado una enorme escalada represiva contra las libertades democráticas, persiguiendo la libertad de expresión y a la juventud que lucha. Cada día tenemos nuevos ejemplos de ello, contra tuiteros, raperos, artistas, sindicalistas o activistas sociales: Valtonyc, Pablo Hasél, Alsasua y las decenas de causas abiertas en toda Catalunya contra cualquiera que haya podido participar de las movilizaciones por el derecho a la autodeterminación y la República catalana.

La agrupación Contracorriente tampoco nos hemos escapado de esta represión. Nuestra compañera Verónica Landa, portavoz de la agrupación de mujeres Pan y Rosas y periodista de Izquierda Diario ha sido denunciada por Sebastián Trapote, Jefe Superior de la Policía Nacional en Catalunya.

Tendrá que asistir el próximo día 2 de julio a declarar en calidad de investigada ante el juzgado de Instrucción número 32 de Barcelona, acusada por un supuesto delito de “calumnias”, a raíz de un artículo escrito hace más de un año, en el que repasaba diferentes casos de torturas, muertes y malos tratos llevados cabo por miembros de la policía. Casos que no fueron condenados por los tribunales franquistas y de la Transición o fueron indultados, algunos de ellos incluso posteriormente llegando a ascencender dentro de la jerarquía policial.

Entre diversos casos relatados en el artículo, aparece uno que implica directamente a Trapote, quien fue responsable de la muerte de un joven retenido en el año 74. El caso, no impidió que a día de hoy ocupe el cargo más elevado dentro de las fuerzas de seguridad en Catalunya.

Evidentemente se trata de un artículo incómodo para los aparatos policiales y el Estado, que pone de relieve la impunidad de este tipo de casos, así como la continuidad entre las fuerzas policiales actuales con las de la dictadura franquista.

Desde la agrupación Pan y Rosas y Contracorriente consideramos que se trata de un claro ataque contra la libertad de expresión y prensa. Lejos de ser un caso aislado, se enmarca en la persecución generalizada para aplacar cualquier atisbo de crítica contra el Régimen del 78 en general, especialmente para blindar a los cuerpos represivos de cualquier tipo de cuestionamiento. Lo que hoy le ha ocurrido a nuestra compañera, les viene ocurriendo a otros y otras jóvenes, y mañana puede ocurrirle a cualquiera.

Junto a Izquierda Diario y la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT) estamos impulsando una campaña democrática con la que exigimos la absolución inmediata de nuestra compañera y que la querella sea archivada. Pero sabemos que solo levantando un gran movimiento antirepresivo en las calles de Catalunya y el resto del Estado será posible acabar con cualquier forma de represión social y política.

Hoy se vuelve más urgente que nunca exigir la paralización y archivo de todos los juicios pendientes o en curso contra cientos de luchadores y luchadoras, la puesta en libertad sin cargos de los cientos de presos políticos que hay en las cárceles de todo el país, así como la derogación de toda la legislación represiva con la que el Estado y su justicia para ricos tratan de reprimir y criminalizar cualquier forma de lucha social.

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