Manifiesto Programático

Contracorriente, juventud anticapitalista, feminista y revolucionaria

Castellano

MANIFIESTO PROGRAMÁTICO

Nace Contracorriente: una juventud anticapitalista, antipatriarcal y revolucionaria

A 50 años del mayo francés lanzamos Contracorriente, una juventud anticapitalista, antipatriarcal y revolucionaria que lucha junto a la clase trabajadora para poner en jaque a este sistema. Este es nuestro manifiesto programático.

1) La juventud, punta de lanza contra el Régimen del 78

En el actual curso, la juventud está siendo protagonista de un cambio. Del otoño a la primavera catalana, desde la gran huelga del 8M hasta las manifestaciones por las pensiones, desde la lucha contra la represión hasta los conflictos laborales que encabezan jóvenes trabajadores en precario. La lucha de clases parece volver al centro de la escena, contra el gobierno del PP, el bloque monárquico que encabeza y el Régimen del 78.

Mientras tanto, ellos se rearman con medidas cada vez más y represivas para hacernos frente y que sigamos pagando la restructuración y ajuste económico, para que los capitalistas maximicen sus ganancias millonarias.

Salimos a luchar después de un periodo en el que hubo desmovilización y grandes ilusiones en que el cambio llegaría por la vía institucional. Pero la cantinela de que la movilización social y la protesta ya no servían, que se vendió desde la “izquierda del cambio”, convence cada vez menos. Las jóvenes y los jóvenes estamos al frente del retorno de la lucha en las calles, en los centros de estudio y de trabajo.

No es para menos. ¿Qué nos ha dado y qué nos ofrecen el Régimen del 78 y el capitalismo español? Absolutamente nada, o mejor dicho nada bueno. El relato idílico de la Transición y las mieles de la democracia del 78 no nos ha convencido nunca. Vemos decrépita y antidemocrática la institución monárquica, no aceptamos la opresión y negación de los derechos democráticos de catalanes, vascos, gallegos y el resto de naciones del Estado, nos rebelamos contra una casta política que vive y trabaja al servicio de las grandes empresas y familias, también contra el resto de castas que nutren el régimen heredero de la dictadura, la judicial, la policial, la eclesiástica, la mediática o la universitaria, que conocemos y sufrimos en primera persona.

El sistema social al que dicho andamiaje político sirve, el capitalismo, nos quiere condenar a ser una “generación perdida”. Nos expulsan de las universidades y las entregan a las empresas. Nos condenan al paro masivo y la mayor de las precariedades. Nos impiden algo tan básico como poder salir del hogar familiar debido a la especulación inmobiliaria y la gentrificación de nuestros barrios.

Por ello, decimos basta a los ataques contra la libertad de expresión y nos sumamos a la exigencia de desprocesamiento y libertad de todos los presos políticos; somos parte activa y solidaria con el movimiento democrático catalán, contra el 155 y por el derecho a decidir; en definitiva, luchamos por acabar con el régimen heredero de la Dictadura, la Monarquía y la democracia del IBEX35. Esto debería ser parte central de nuestra “agenda” como generación.

2) Revolucionar las facultades e institutos y convertirlos en trincheras de lucha

Nuestros centros de estudio deben ser lugares de organización, debate y, sobre todo, de combate. Porque sólo desarrollando la lucha podremos conquistar una educación pública, gratuita, laica, suficientemente financiada y realmente democrática.

Porque queremos revertir todas las contrarreformas impuestas en las últimas décadas, desde la LOU hasta el 3+2, pasando por Bolonia, la LOMCE y las reválidas. En los últimos años éstas han llevado a una elitización brutal de la universidad. A la vez la universidad ha quedado “en venta”, convertida en el coto privado de las empresas y bancos. Ellos ocupan directa e indirectamente la mayor parte de los puestos en los infames “Consejos Sociales”, deciden qué estudiamos, qué se investiga y en qué condiciones.

Como parte de este proceso hemos visto cómo se despedían profesores y se precarizaban a cientos de miles. La universidad pública del Estado español es hoy por hoy una de las “empresas” con peores condiciones laborales, con docentes que cobran 400 y 800 euros, trabajadoras de la limpieza y cafetería explotadas por las mismas subcontratas que lo hacen con Las Kellys en los hoteles y una legión de estudiantes y becarios trabajando jornadas completas por menos de 500 euros.

Todo este proceso ha contado con la participación de la casta universitaria. Rectores, decanos y catedráticos han apoyado activamente la privatización de la universidad y han sabido beneficiarse de la misma. El antidemocrático sistema de gobierno universitario (que garantiza el absoluto control de la institución por esta casta que no supone más del 5% de la comunidad universitaria) les ha permitido estrechar los lazos con los gobiernos y empresas, combinando su trabajo ordinario con cursos, estancias, puestos en la empresa privada y otras prebendas, así como la dirección y participación en los másteres a cambio de sobresueldos de escándalo. El escándalo del máster de Cifuentes no sólo es una prueba más de la corrupción de la casta política, sino que también saca a la luz la convivencia de esta con la casta universitaria.

Llama la atención que desde la “izquierda del cambio”, que nació con un discurso contra la casta política, no se haya levantado nunca la más mínima denuncia a esta otra casta, de la que provienen por otro lado buena parte de sus cuadros dirigentes. En el escándalo Cifuentes no denuncian al régimen universitario que hace posible ésta y otras muchas corruptelas, sino que proponen como “alternativa” al PP un gobierno del PSOE presidido por un prohombre de la casta universitaria, Ángel Gabilondo, antiguo rector de la UAM y presidente de la CRUE.

La situación no es mejor en la educación secundaria y la FP. Los recortes presupuestarios han cerrado aulas, despedido más de 80.000 profesores, masificado las aulas, mantenido a miles de estudiantes en barracones o sin calefacción e imponiendo matrículas cada vez más caras para los ciclos formativos.

Leyes como la LOMCE han reforzado los aspectos más autoritarios del gobierno de los centros, donde los estudiantes solo cuentan con representaciones simbólicas, han fortalecido los itinerarios segregadores, las divisiones entre centros de primera y de segunda y aumentado los obstáculos académicos para llegar a los estudios superiores, con el endurecimiento de las PAU y la amenaza de las reválidas.

Los centros de la Iglesia siguen recibiendo miles de millones, incluidos los del Opus Dei, favoreciendo así el adoctrinamiento en las ideas más oscurantistas. Y en la escuela pública se intenta reforzar la enseñanza religiosa, el adoctrinamiento españolista y la persecución de la enseñanza en las lenguas cooficiales, como hemos visto con la ofensiva contra el catalán.

Luchamos por una educación pública realmente gratuita en todos sus niveles, incluida la universidad, y un sistema de becas salarios para que los hijos e hijas de las familias trabajadoras puedan cursar estudios superiores. Para ello defendemos una financiación suficiente, que garantice una bajada de las ratios de alumnos, libros, materiales, comedores y transporte gratuitos, y condiciones laborales dignas para todos los trabajadores de la enseñanza. Estos fondos solo pueden salir de impuestos a las grandes fortunas y empresas, que sirvan para financiar los servicios públicos que llevan años desmantelando.

Peleamos por una educación que sea laica, por el fin del concordato entre la Iglesia y el Estado, que se cierren las capillas que hay todavía en los centros públicos, los acuerdos entre universidades y obispados, y que toda la red de enseñanza concertada sea nacionalizada e integrada en una red única de enseñanza púbica bajo el control democrático de los estudiantes, docentes y los trabajadores.

Queremos ver a todas las empresas fuera de la universidad y acabar con el reinado de la “casta universitaria”. Defendemos sistemas de gobierno de mayoría estudiantil, sin votos ponderados y con todos los cargos revocables. Peleamos por esta mayoría estudiantil también en los centros de secundaria y luchamos por los plenos derechos de reunión, organización y huelga de los y las estudiantes. Y luchamos por el fin del trabajo gratis y en precario de los estudiantes, por las prácticas remuneradas de FP, grados y másteres, con plenos derechos sindicales y por el pase a plantilla de todos los becarios que hoy están trabajando en condiciones de semi esclavitud.

También es necesaria una auténtica revolución pedagógica dentro de las escuelas. Estamos en contra de la enseñanza memorística, libresca, aburrida, competitiva y sin sentido que nos imponen. Queremos un sistema educativo que no esté basado en premios y castigos y en el sistema de exámenes. Queremos generalizar y multiplicar las experiencias de distintas escuelas pedagógicas alternativas que cuestionan este sistema educativo, olvidadas por Gobiernos conservadores que solo buscan convertirnos en máquinas bajo la autoridad del mercado.

3) Del cuestionamiento de la universidad de clases, a la crítica de la sociedad de clases

Las universidades no sólo son una fábrica de mano de obra para la precariedad, sino también y principalmente un gran instrumento de fabricación de ideología burguesa. Históricamente, la burguesía en ascenso transformó las viejas instituciones educativas en sus contenidos y en su organización, para ponerlas al servicio de las necesidades e intereses de la nueva clase hegemónica. Desde entonces, esta estructura fue conmovida por la entrada masiva de sectores de las clases medias a partir de los años ’60 dando lugar al surgimiento de las universidades de masas. Sin embargo, la universidad como institución nunca dejó de funcionar como fábrica de la ideología de la clase dominante.

Mediante una verdadera ofensiva contra lo que otrora fue la universidad de masas, la burguesía ha hecho de la universidad su sueño: acceso restringido, arancelada y a la medida de los pulpos capitalistas, que financian las carreras según sus necesidades, mientras forman “profesionales” dedicados a justificar la irracionalidad del sistema capitalista. En la mayoría de las clases y seminarios, en todos los planes de estudio, se fomenta la glorificación del liberalismo, el individualismo y se libra una guerra contra el marxismo y todas las ideas contestatarias.

Por ello, para nosotros, la lucha en la universidad pasa por proponernos librar una lucha a contracorriente también en el terreno de las ideas, promoviendo debates o iniciativas como la Cátedra Libre Karl Marx, para convertir nuestras aulas en espacios de crítica profunda a la sociedad capitalista, a la academia y en defensa del marxismo.

“Del cuestionamiento de la universidad de clases a la crítica de la sociedad de clases” fue una de las grandes conclusiones que nos dejó el movimiento estudiantil en el Mayo Francés. Esa es la tradición que queremos retomar hoy.

Hoy ponemos nuestras fuerzas en dar esta pelea, para desarrollar una corriente anticapitalista y revolucionaria en el movimiento estudiantil y en la juventud. Una corriente que recupere la idea de la revolución, hoy borrada de la conciencia de la juventud. Que recupere las banderas que recorrían el mundo en la década de los ´60: “prohibido prohibir la revolución”.

4) Luchar contra la precariedad junto al resto de la clase trabajadora

La precariedad que ya vemos en la universidad y en las prácticas obligatorias es sólo el adelanto de lo que nos encontramos cuando llegamos al mercado laboral. El capitalismo español reserva a la juventud, como a las mujeres e inmigrantes, las peores condiciones laborales desde hace décadas. Si en la época del milagro económico ya sufríamos la temporalidad y los salarios de miseria, con la crisis esta situación avanza sin freno y de manera aún más brutal.

Todavía sufrimos un paro juvenil que se sitúa en torno al 50%, y los que pueden encontrar un trabajo lo consiguen en forma de minijob, contrato basura, cuando no son obligados a darse de altas como autónomos. Cobrar 300, 400 o 600 euros es la tónica habitual. Nuestros derechos sindicales son papel mojado ante esta situación de precariedad y de prácticas antisindicales. Con este panorama, algo tan elemental como irse a vivir solo se convierte en una empresa imposible, más aún ante las subidas desbocadas de los precios del alquiler en las grandes ciudades.

Esta situación tiene responsables concretos. En primer lugar, los grandes partidos del Régimen, que llevan desde los 80 legislando para dividir a la clase trabajadora, formando una franja cada vez más amplia de sectores ultraexplotados en el que siempre ha estado la juventud trabajadora. Pero también las direcciones de los grandes sindicatos. No olvidamos que CCOO y UGT firmaron las reformas laborales de Aznar y las primeras de Zapatero, y que ante las del 2010 y la de Rajoy optaron por dejarla pasar, negándose a plantear un plan de lucha serio más allá de jornadas de paro de 24 horas aisladas.

Estos sindicatos vienen aceptando convenios de segregación como el de Delivery, dobles tablas salariales, la subcontratación y externalización de cada vez más servicios y áreas de la producción. La burocracia sindical ni defiende, ni mucho menos organiza a los sectores más precarios. Abona así una división de la clase trabajadora que la perjudica de conjunto y que facilita también que, sobre todo desde el inicio de la crisis, se quiera ahora arremeter contra los sectores obreros que aún conservan algunas conquistas y mejores condiciones.

Contra esta situación y esta casta sindical se vienen organizando y dando batalla cada vez más sectores de la juventud trabajadora y los sectores precarios. Lo hemos visto en Telepizza o Deliveroo, en Amazon y su reciente huelga o en los profesores interinos andaluces en estas semanas. Pero no solo ellos: la marea de pensionistas está dando un gran ejemplo de lucha, se organiza y cuestiona a las viejas direcciones sindicales.

Como jóvenes estudiantes, en paro o con trabajos precarios queremos ser parte de estos procesos de organización y lucha. La juventud tenemos que ser parte de la regeneración del movimiento obrero, hasta barrer a la burocracia sindical. Por ello defendemos el método de las asambleas, las coordinadoras y los comités de solidaridad con las luchas obreras, promovemos la sindicalización entre los estudiantes de FP y peleamos por la unidad de los trabajadores y trabajadoras más allá de las divisiones sindicales o por categorías que vienen impuestas.

Contra la precariedad, luchamos por la derogación de todas las reformas laborales, la prohibición de los despidos, las externalizaciones y de todos los contratos basura existentes. Que todos los trabajadores y trabajadoras pasen a plantilla fija, con un SMI de 1.200 euros, jubilaciones iguales al SMI y a los 55 años y que se repartan las horas de trabajo entre todos los brazos disponibles para acabar con el desempleo. En definitiva, queremos imponer un programa para que la crisis y la resolución de los grandes problemas sociales recaigan sobre los capitalistas, porque nuestras vidas valen mucho más que sus ganancias: ¡Valemos más que esto!

5) Acabar con el patriarcado y todas las formas de opresión aliadas al capitalismo

El movimiento de mujeres ha llevado adelante una jornada histórica de huelga el pasado 8M. Es que la igualdad ante la ley no se corresponde con la igualdad en la vida. Para nosotras, el capitalismo tiene reservados los trabajos peor pagados y las jornadas parciales, mientras mantiene sobre nuestros hombros los trabajos de cuidados que el Estado se niega a cubrir. El patriarcado se demuestra como el mejor aliado del capitalismo y de la maximización de las ganancias.

Nosotras luchamos contra la violencia machista y los feminicidios, que son el último eslabón de toda una cadena de violencias: la violencia sexual, los abusos, la violencia laboral, la imposición de estereotipos físicos y de belleza, etc. Somos parte del movimiento de mujeres para decir bien fuerte “Ni una menos, porque vivas nos queremos” y luchamos contra la alianza criminal del patriarcado y el capitalismo.

Esta lucha también la tenemos que llevar al interior del sistema educativo. Queremos cuestionar el currículum de todos los niveles de enseñanza, en el que los roles de género se enseñan desde la primera infancia y las mujeres, sus contribuciones a la historia y la perspectiva de género está prácticamente ausente. También a la casta universitaria patriarcal que hace acuerdos con la Iglesia, bloquea o elimina estudios de género y dificulta el acceso de las universitarias a la carrera docente e investigadora. Estamos a favor de levantar comisiones de mujeres y LGTBI en las facultades y demás centros de estudio, junto a las profesoras y las trabajadoras de los servicios, la mayoría en condiciones laborales miserables.

Tampoco olvidamos que el derecho al aborto está vetado e incluso castigado con cárcel para millones de mujeres del mundo. Pero en el Estado Español tampoco es un derecho universal, restringido para las menores de 18 años y para las inmigrantes sin papeles que no pueden acceder a la sanidad. Exigimos un derecho al aborto libre, seguro y gratuito para todas.

A la vez, queremos pelear junto a la clase trabajadora. Con las mujeres precarias que comienzan a organizarse y ser ejemplos de dignidad obrera, como Las Kellys, con quienes marchamos el 8M. Por la igualdad salarial y el fin de la segregación funcional en las empresas, por guarderías gratuitas en los centros de trabajo a cargo de la patronal y la socialización de los trabajos reproductivos y de cuidados. Por todo esto es que impulsamos la agrupación de mujeres Pan y Rosas en todo el Estado y a nivel internacional, una agrupación feminista anticapitalista y revolucionaria, que lucha contra la alianza del capitalismo y el patriarcado.

Luchamos contra todo tipo de opresión. Contra el machismo y la LGTBIfobia, contra el racismo y la triple explotación que sufren las personas migradas. Exigimos la despatologización trans y la inclusión de todo el proceso transicional en la Seguridad Social. Somos una juventud antirracista y antiimperialista, que pelea por el fin de las leyes de extranjería, el cierre de los CIEs, la apertura de fronteras y los papeles para todos.

Estamos junto a los grupos de inmigrantes que se organizan y resisten. Junto a los manteros que luchan contra la criminalización y la represión de los Ayuntamientos “del cambio” -como el caso de Mame Mbaye quien murió en Madrid después de ser perseguido por la policía municipal de Manuela Carmena-. Nos rebelamos contra esta Europa fortaleza que deja morir a miles en el Mediterráneo o en las vallas de Ceuta y Melilla, mientras la extrema derecha racista gana terreno en Europa. También denunciamos la xenofobia presente en la escuela y las universidades, como se muestra en el hecho que los estudiantes extracomunitarios tengan que pagar matrículas y tasas mucho más caras.

Luchamos contra el capitalismo porque hoy, más que nunca en la historia, pueden verse las consecuencias destructivas del capital contra la sociedad y la naturaleza. La crisis ambiental global que nos amenaza se manifiesta en graves problemas como la degradación y devastación de ecosistemas completas, de nuestra tierra, el aire y las aguas; desastres como inundaciones o incendios, despilfarro energético o crisis alimentarias, destruyendo la calidad de la vida humana y del resto de las especies y con una dinámica que amenaza nuestra propia supervivencia.

Ante esta realidad hay quienes alientan ilusiones acerca de la posibilidad de lograr una planificación ambiental en los marcos del sistema capitalista. Pero los explotadores jamás planificarán nada en beneficio del ambiente ni de la calidad de vida del pueblo, porque la lógica de la acumulación del capital va precisamente en contra de la preservación de los ecosistemas y los ciclos ecológicos.

Por ello creemos que no es posible resolver la crisis ambiental sin cambiar la sociedad, es decir sin terminar con sus responsables: la gran propiedad privada y la explotación capitalista. En torno a la crisis ambiental global se juega la supervivencia de la humanidad. El dilema “socialismo o barbarie” planteado por Rosa Luxemburg es hoy más vigente que nunca.

6) Partir de las lecciones del ciclo de luchas anterior

Para proponernos emprender nuevas batallas, debemos partir de las lecciones que dejan las luchas emprendidas desde el inicio de la crisis capitalista. El Régimen del 78 entró en crisis con la irrupción de la juventud indignada del 15M. Aquel movimiento se extendió a las universidades, animó diversos movimientos sociales e impactó en sectores de la clase trabajadora, obligando a la burocracia sindical a convocar dos jornadas de huelga en 2012. Sin embargo, si por algo trabajaron las direcciones de CCOO y UGT, fue por evitar que la clase trabajadora entrara en escena con toda su fuerza, lo cual se convirtió en la principal debilidad de aquel ciclo de movilizaciones.

En esta situación, mientras retrocedía la lucha en las calles, las plazas y las empresas, emergió un nuevo fenómeno político: Podemos y las candidaturas del cambio. Tomando muy parcialmente algunas de las demandas democráticas y sociales que se venían planteando desde las calles, propugnaron abiertamente pasar de la calle a las instituciones, apostando a una reforma del régimen y a un programa redistributivo.

Sin embargo, ni tan siquiera estos limitados fines han mantenido. Unidos Podemos ha ido confeccionando un programa cada vez más moderado y respetuoso con el régimen político, como vimos claramente en la cuestión catalana, negándose a reconocer el 1-O como un referéndum por no contar con la venia de Moncloa y Zarzuela. Su apuesta ya no es siquiera regenerar el Régimen del 78, sino simplemente formar un gobierno de coalición con su pata izquierda, el PSOE del 135 y el 155.

Donde más claramente se ha mostrado esta integración es en los llamados “Ayuntamientos del cambio”. Aquí se ha pasado de la “auditoria y restructuración de la deuda” a presumir de ser los campeones de pagarla, de oponerse a los desahucios a practicarlos, de denunciar la criminalización del top manta a estar a la cabeza de esta, de defender la remunicipalización a entregar de nuevo servicios esenciales a las grandes constructoras.

Por otro lado, en Catalunya, el 15M, como movimiento que impugnaba el Régimen del 78, tuvo una continuidad en el movimiento independentista. Sin embargo, desde el comienzo los partidos del régimen catalanes (CiU y ERC) fueron capaces de reubicarse y ponerse al frente del mismo para salvarse de la quema –aunque CiU acabo estallando y CDC transformándose en el PDeCAT- y a la vez tratar de contener su potencial.

Lamentablemente esta maniobra no fue advertida por la CUP, que con su política de “mano extendida” contribuyó a alimentarla y no preparar una “hoja de ruta” independiente. Una política que en el movimiento estudiantil tuvo también su reflejo en la línea del SEPC, negándose a que la lucha en los centros de estudio uniera las demandas democráticas con las sociales y estudiantiles o llegando incluso a renunciar a demandas como la universidad gratuita en favor de una posible rebaja de tasas acordada con ERC y el PDeCAT.

En los más de 5 años de proceso la izquierda independentista se ha negado a plantear una estrategia basada en la movilización social y con un programa transicional para hacer pagar la crisis a los capitalistas. Esta era la única vía para lograr sumar a la clase trabajadora catalana y tender puentes con la del resto del Estado para luchar en común contra la Corona y el Régimen del 78.

El resultado del otoño catalán no se puede separar de esto. La escalada represiva y la claudicación cada vez más abierta de las direcciones procesistas deja al movimiento catalán en una situación compleja. Reemprender esta lucha sobre bases nuevas, sobre las lecciones del otoño, debe partir de la ruptura hasta el final con la política de conciliación con la burguesía y pequeñaburguesía catalana.

7) ¿Cómo combatir para lograr terminar con el capitalismo y el patriarcado?

Las agrupaciones estudiantiles impulsadas por la CRT y Pan y Rosas impulsamos este encuentro en la perspectiva de poner en pie una juventud anticapitalista, antipatriarcal y revolucionaria. Nuestro proyecto es el de generar una juventud de combate, que se proponga pelear por la autoorganización en los centros de estudio y de trabajo. Defendemos un movimiento estudiantil inspirado en las grandes gestas históricas como el mayo del 68 o el movimiento estudiantil de los años 70 contra la dictadura.

Un movimiento estudiantil que se base en asambleas de facultad e instituto como centro de deliberación y decisión, con elección de delegados revocables y con mandato que constituyan coordinadoras para conformar una dirección del movimiento estudiantil realmente democrática y representativa y que no piense en el movimiento estudiantil con una perspectiva corporativa.

Estamos por tanto en contra de toda tentativa de autoproclamación y burocratismo como el que encarna el Sindicato de Estudiantes que suele convocar huelgas estudiantiles sin consultar en asambleas al propio movimiento estudiantil, y tampoco acordamos con las políticas de otras corrientes juveniles como el Frente de Estudiantes que solo aspiran a sustituir su posición hegemónica empleando sus mismos métodos.

Contra toda idea de que las huelgas y movilizaciones se decretan por arriba, proponemos discutir un plan de lucha desde las asambleas que busque la confluencia y unidad con la clase trabajadora. Queremos llevar a los centros de estudio las luchas de los trabajadores, apoyarlas y contribuir a todos los procesos de organización que se den y ser parte de las luchas contra los despidos, la precariedad y la burocracia sindical.

La unidad-obrero estudiantil es una cuestión estratégica. Sólo la clase obrera está verdaderamente interesada en la gratuidad de la universidad y en poder acceder a ella, y sobre todo en conquistar una enseñanza pública que esté realmente al servicio de los intereses de las grandes mayorías sociales. Por ello buscar la alianza con ella es clave para conquistar la educación que queremos.

Que permita el acceso a las y los hijos de los trabajadores y el resto de los sectores populares para la formación de profesionales e intelectuales que sirvan a las necesidades de las amplias mayorías y no de la minoría capitalista. Que forme ingenieros que solucionen el problema de la vivienda, abogados que nos defiendan frente a los ataques del régimen y la patronal, a sociólogos, politólogos e historiadores que desmitifiquen la ideología capitalista, sanitarios al servicio del pueblo y no de las farmacéuticas...

Esta unidad es para nosotros la bandera distintiva para poder construir un movimiento estudiantil que se proponga pasar del cuestionamiento de la universidad y la educación de clase, a la crítica y combate contra la sociedad de clases.

Porque nuestra lucha es por la superación del sistema capitalista y todas las formas de opresión que le sirven de aliadas, como el patriarcado y el racismo. Un sistema en el que las ganancias de una minoría de capitalistas están por encima de nuestras vidas no se puede “humanizar” con pequeñas reformas. Resignarse ante el sistema capitalista es conformarse con un futuro de explotación y opresión, sin derecho a la cultura, al ocio, a la recreación, para convertirnos en meras mercancías al servicio de la reproducción y engrandecimiento de las fortunas de unos pocos. Contra este sistema nos rebelamos, y contra todo el aparato estatal y represivo que lo defiende.

Luchamos por un mundo en el que todos los avances de la técnica, la ciencia y la cultura pasen a estar en nuestras manos y al servicio de las mayorías sociales. Un mundo en el que podamos reducir al mínimo el tiempo dedicado al trabajo y amplificar las posibilidades de dedicarnos a la cultura, la investigación, el arte, la recreación. Queremos acabar con la explotación, porque es la única posibilidad de poder ser realmente libres, y desterrar las formas de opresión que hasta ahora vienen sirviendo al capitalismo para dividirnos y fundamentar una sociedad que se encamina a formas cada vez peores de barbarie como vemos en Siria o en la existencia de millones de personas que mueren de hambre en el mundo.

Somos conscientes de que esta pelea transciende las fronteras. Por eso somos internacionalistas, luchamos contra nuestro propio imperialismo y emprendemos este proyecto como parte de una juventud que está también organizándose y luchando desde esta perspectiva en otros países. Por ejemplo, en Francia, nuestros compañeros de la CCR están enfrentando la reforma laboral y universitaria de Macron, luchando en las calles junto a los ferroviarios en una “primavera francesa” que tiene aires de mayor del 68. En Brasil, nuestros compañeros de FAISCA son parte de la lucha contra el golpe de Temer y en Argentina, la juventud del PTS está a la cabeza de las luchas de la juventud contra los ajustes del gobierno derechista de Macri.

Por todos estos motivos, desde las agrupaciones estudiantiles y la agrupación de mujeres Pan y Rosas, convocamos a este encuentro para impulsar la formación de una juventud anticapitalista, antipatriarcal y revolucionaria, que luche contra la corriente del individualismo, el conformismo y la idea de que es posible humanizar al capitalismo. Una juventud que llamamos Contracorriente, porque nos rebelamos contra las corrientes del pensamiento oficial y el Estado, que nos quieren precarios y callados.

La historia del siglo XX está llena de revoluciones en las que la clase obrera y el pueblo pobre dieron todo de sí, pero no contaron con una organización propia a la altura de esos combates, como ocurrió en revolución española de 1936. No empezamos de cero cada día. Nuestra lucha por nuevas revoluciones en el siglo XXI tiene que partir de las grandes lecciones que dejaron planteadas las principales gestas revolucionarias del pasado, hombres y mujeres de la clase trabajadora. Es por ello que, como parte de esta lucha por una sociedad sin explotación, nos planteamos la necesidad de construir una gran organización revolucionaria de la clase trabajadora, las mujeres y la juventud.

Catalá

MANIFEST PROGRAMÀTIC

Neix Contracorrent: una joventut anticapitalista, antipatriarcal i revolucionària

A 50 anys del maig francès llancem Contracorrent, una joventut anticapitalista, antipatriarcal i revolucionària que lluita al costat de la classe treballadora per posar en escac a aquest sistema. Aquest és el nostre manifest programàtic.

1) La joventut, punta de llança contra el Règim del 78

En l’actual curs, la joventut està sent protagonista d’un canvi. De la tardor a la primavera catalana, des de la gran vaga del 8M fins a les manifestacions per les pensions, des de la lluita contra la repressió fins als conflictes laborals que encapçalen joves treballadors precaris. La lluita de classes sembla tornar al centre de l’escena, contra el govern del PP, el bloc monàrquic que encapçala i el Règim del 78.

Mentrestant, ells es rearmen amb mesures cada vegada més repressives per fer-nos front i ixì seguir pagant la reestructuració i ajust econòmic, perquè els capitalistes maximitzin els seus guanys milionaris.

Sortim a lluitar després d’un període en el qual va haver-hi desmobilització i grans il·lusions en què el canvi arribaria per la via institucional. Però la cantinela que la mobilització social i la protesta ja no servien, que es va vendre des de la “esquerra del canvi”, convenç cada vegada menys. Les joves i els joves estem al capdavant de la tornada de la lluita als carrers, als centres d’estudi i de treball.

No és per menys. Què ens ha donat i què ens ofereixen el Règim del 78 i el capitalisme espanyol? Absolutament res, o millor dit res bò. El relat idíl·lic de la Transició i les mels de la democràcia del 78 no ens ha convençut mai. Veiem decrépita i antidemocràtica la institució monàrquica, no acceptem l’opressió i negació dels drets democràtics de catalans, bascos, gallecs i la resta de nacions de l’Estat, ens rebel·lem contra una casta política que viu i treballa al servei de les grans empreses i famílies, també contra la resta de castes que nodreixen el règim hereu de la dictadura, la judicial, la policial, l’eclesiàstica, la mediàtica o la universitària, que coneixem i sofrim en primera persona.

El sistema social al que aquesta bastida política serveix, el capitalisme, ens vol condemnar a ser una “generació perduda”. Ens expulsen de les universitats i les lliuren a les empreses. Ens condemnen a l’atur massiu i a la major de les precarietats. Ens impedeixen quelcom tan bàsic com poder sortir de la llar familiar a causa de l’especulació immobiliària i la gentrificación dels nostres barris.

Per això, diem prou als atacs contra la llibertat d’expressió i ens sumem a l’exigència de desprocessament i llibertat de tots els presos polítics; som part activa i solidària amb el moviment democràtic català, contra el 155 i pel dret a decidir; en definitiva, lluitem per acabar amb el règim hereu de la Dictadura, la Monarquia i la democràcia de l’IBEX35. Això hauria de ser part central de la nostra “agenda” com a generació.

2) Revolucionar les facultats i instituts i convertir-los en trinxeres de lluita

Els nostres centres d’estudi han de ser llocs d’organització, debat i, sobretot, de combat. Perquè només desenvolupant la lluita podrem conquistar una educació pública, gratuïta, laica, suficientment finançada i realment democràtica.

Perquè volem revertir totes les contrareformes imposades en les últimes dècades, des de la LOU fins al 3+2, passant per Bolonya, la LOMCE i les revàlides. En els últims anys aquestes han portat una elitització brutal a les universitats. Alhora la universitat ha quedat “en venda”, convertida en el vedat privat de les empreses i bancs. Ells ocupen directa i indirectament la major part dels llocs en els infames “Consells Socials”, decideixen què estudiem, què s’investiga i en quines condicions.

Com a part d’aquest procés hem vist com s’acomiadaven professors i es precaritzaven a centenars de milers. La universitat pública de l’Estat espanyol és ara com ara una de les “empreses” amb pitjors condicions laborals, amb docents que cobren 400 i 800 euros, treballadores de la neteja i cafeteria explotades per les mateixes subcontractes que ho fan amb Les Kellys als hotels i una legió d’estudiants i becaris treballant jornades completes per menys de 500 euros.

Tot aquest procés ha comptat amb la participació de la casta universitària. Rectors, degans i catedràtics han recolzat activament la privatització de la universitat i han sabut beneficiar-se de la mateixa. L’antidemocràtic sistema de govern universitari (que garanteix l’absolut control de la institució per aquesta casta que no suposa més del 5% de la comunitat universitària) els ha permès estrènyer els llaços amb els governs i empreses, combinant el seu treball ordinari amb cursos, estades, llocs en l’empresa privada i altres prebendes, així com la direcció i participació en els màsters a canvi de sobresous d’escàndol. L’escàndol del màster de Cifuentes no només és una prova més de la corrupció de la casta política, sinó que també treu a la llum la convivència d’aquesta amb la casta universitària.

Crida l’atenció que des de l’“esquerra del canvi”, que va néixer amb un discurs contra la casta política, no s’hagi aixecat mai la més mínima denúncia a aquesta altra casta, de la qual provenen d’altra banda bona part dels seus quadres dirigents. En l’escàndol Cifuentes no denuncien al règim universitari que fa possible aquesta i moltes altres corrupteles, sinó que proposen com a “alternativa” al PP un govern del PSOE presidit per un prohom de la casta universitària, Ángel Gabilondo, antic rector de la UAM i president de la CRUE.

La situació no és millor a l’educació secundària i la FP. Les retallades pressupostàries han tancat aules, acomiadat més de 80.000 professors, massificat les aules, mantingut a milers d’estudiants en barracons o sense calefacció i imposant matrícules cada vegada més cares per als cicles formatius.

Lleis com la LOMCE han reforçat els aspectes més autoritaris del govern dels centres, on els estudiants solament compten amb representacions simbòliques, han enfortit els itineraris segregadors, les divisions entre centres de primera i de segona i augmentat els obstacles acadèmics per arribar als estudis superiors, amb l’enduriment de les PAU i l’amenaça de les revàlides.

Els centres de l’Església segueixen rebent milers de milions, inclosos els de l’Opus Dei, afavorint així l’adoctrinament en les idees més obscurantistes. I a l’escola pública s’intenta reforçar l’ensenyament religiós, l’adoctrinament espanyolista i la persecució de l’ensenyament en les llengües cooficials, com hem vist amb l’ofensiva contra el català.

Lluitem per una educació pública realment gratuïta en tots els seus nivells, inclosa la universitat, i un sistema de beques salaris perquè els fills i filles de les famílies treballadores puguin cursar estudis superiors. Per a això defensem un finançament suficient, que garanteixi una baixada de les ràtios d’alumnes, llibres, materials, menjadors i transport gratuïts, i condicions laborals dignes per a tots els treballadors de l’ensenyament. Aquests fons solament poden sortir d’impostos a les grans fortunes i empreses, que serveixin per finançar els serveis públics que porten anys desmantellant.

També lluitem per una educació que sigui laica, per la fi del concordat entre l’Església i l’Estat, que es tanquin les capelles que hi ha encara als centres públics, els acords entre universitats i bisbats, i que tota la xarxa d’ensenyament concertat sigui nacionalitzada i integrada en una xarxa única d’ensenyament púbic sota el control democràtic dels estudiants, docents i els treballadors.

Volem veure a totes les empreses fora de la universitat i acabar amb el regnat de la “casta universitària”. Defensem sistemes de govern de majoria estudiantil, sense vots ponderats i amb tots els càrrecs revocables. Lluitem per aquesta majoria estudiantil també als centres de secundària i lluitem pels plens drets de reunió, organització i vaga dels i les estudiants. I lluitem per la fi del treball gratis i en precari dels estudiants, per les pràctiques remunerades de FP, graus i màsters, amb plens drets sindicals i per la passada a plantilla de tots els becaris que avui estan treballant en condicions de semi esclavitud.

També és necessària una autèntica revolució pedagògica dins de les escoles. Estem en contra de l’ensenyament memorístic, llibresc, avorrit, competitiu i sense sentit que ens imposen. Volem un sistema educatiu que no estigui basat en premis i càstigs i en el sistema d’exàmens. Volem generalitzar i multiplicar les experiències de diferents escoles pedagògiques alternatives que qüestionen aquest sistema educatiu, oblidades per Governs conservadors que solament busquen convertir-nos en màquines sota l’autoritat del mercat.

3) Del qüestionament de la universitat de classes, a la crítica de la societat de classes

Les universitats no només són una fàbrica de mà d’obra per a la precarietat, sinó també i principalment un gran instrument de fabricació d’ideologia burgesa. Històricament, la burgesia en ascens va transformar les velles institucions educatives en els seus continguts i en la seva organització, per posar-les al servei de les necessitats i interessos de la nova classe hegemònica. Des de llavors, aquesta estructura va ser commoguda per l’entrada massiva de sectors de les classes mitjanes a partir dels anys ’60 donant lloc al sorgiment de les universitats de masses. No obstant això, la universitat com a institució mai va deixar de funcionar com a fàbrica de la ideologia de la classe dominant.

Mitjançant una veritable ofensiva contra el que abans va ser la universitat de masses, la burgesia ha fet de la universitat el seu somni: accés restringit i a la mesura dels pops capitalistes, que financen les carreres segons les seves necessitats, mentre formen “professionals” dedicats a justificar la irracionalitat del sistema capitalista. En la majoria de les classes i seminaris, en tots els plans d’estudi, es fomenta la glorificació del liberalisme, l’individualisme i es lliura una guerra contra el marxisme i totes les idees contestatàries.

Per això, per a nosaltres, la lluita a la universitat passa per proposar-nos lliurar una lluita a contracorrent també en el terreny de les idees, promovent debats o iniciatives com la Càtedra Lliure Karl Marx, per convertir les nostres aules en espais de crítica profunda a la societat capitalista, a l’acadèmia i en defensa del marxisme.

“Del qüestionament de la universitat de classes a la crítica de la societat de classes” va ser una de les grans conclusions que ens va deixar el moviment estudiantil del Maig Francès. Aquesta és la tradició que volem reprendre avui.

Avui posem les nostres forces a donar aquesta lluita, per desenvolupar un corrent anticapitalista i revolucionari en el moviment estudiantil i en la joventut. Un corrent que recuperi la idea de la revolució, avui esborrada de la consciència de la joventut. Que recuperi les banderes que recorrien el món en la dècada dels ’60: “prohibit prohibir la revolució”.

4) Lluitar contra la precarietat al costat de la resta de la classe treballadora

La precarietat que ja veiem a la universitat i en les pràctiques obligatòries és només l’avançament del que ens trobem quan arribem al mercat laboral. El capitalisme espanyol reserva a la joventut, com a les dones i immigrants, les pitjors condicions laborals des de fa dècades. Si en l’època del miracle econòmic ja sofríem la temporalitat i els salaris de misèria, amb la crisi aquesta situació avança sense fre i de manera encara més brutal.

Encara sofrim un atur juvenil que se situa entorn del 50%, i els que poden trobar un treball ho aconsegueixen en forma de minijob, contracte porqueria, quan no són obligats a donar-se d’alta com a autònoms. Cobrar 300, 400 o 600 euros és la tònica habitual. Els nostres drets sindicals són paper mullat davant aquesta situació de precarietat i de pràctiques antisindicals. Amb aquest panorama, alguna cosa tan elemental com marxar de casa dels pares es converteix en una empresa impossible, més encara davant les pujades desbocades dels preus del lloguer a les grans ciutats.

Aquesta situació té responsables concrets. En primer lloc, els grans partits del Règim, que porten des dels 80 legislant per dividir a la classe treballadora, formant una franja cada vegada més àmplia de sectors ultraexplotats en el qual sempre ha estat la joventut treballadora. Però també les direccions dels grans sindicats. No oblidem que CCOO i UGT van signar les reformes laborals d’Aznar i les primeres de Zapatero, i que davant les del 2010 i la de Rajoy van optar per deixar-la passar, negant-se a plantejar un pla de lluita seriós més enllà de jornades d’atur de 24 hores aïllades.

Aquests sindicats vénen acceptant convenis de segregació com el de Delivery, dobles taules salarials, la subcontractació i externalització de cada vegada més serveis i àrees de la producció. La burocràcia sindical ni defensa, ni molt menys organitza als sectors més precaris. Abona així una divisió de la classe treballadora que la perjudica de conjunt i que facilita també que, sobretot des de l’inici de la crisi, es vulgui ara arremetre contra els sectors obrers que encara conserven algunes conquestes i millors condicions.

Contra aquesta situació i aquesta casta sindical es vénen organitzant i donant batalla cada vegada més sectors de la joventut treballadora i els sectors precaris. Ho hem vist en Telepizza o Deliveroo, en Amazon i la seva recent vaga o en els professors interins andalusos d’aquestes setmanes. Però no solament ells: la marea de pensionistes està donant un gran exemple de lluita, s’organitza i qüestiona a les velles direccions sindicals.

Com a joves estudiants, en atur o amb treballs precaris volem ser part d’aquests processos d’organització i lluita. La joventut hem de ser part de la regeneració del moviment obrer, fins a escombrar a la burocràcia sindical. Per això defensem el mètode de les assemblees, les coordinadores i els comitès de solidaritat amb les lluites obreres, promovem la sindicalització entre els estudiants de FP i lluitem per la unitat dels treballadors i treballadores més enllà de les divisions sindicals o per categories que vénen imposades.

Contra la precarietat, lluitem per la derogació de totes les reformes laborals, la prohibició dels acomiadaments, les externalitzacions i de tots els contractes porqueria existents. Que tots els treballadors i treballadores passin a plantilla fixa, amb un SMI de 1.200 euros, jubilacions iguals al SMI i als 55 anys i que es reparteixin les hores de treball entre tots els braços disponibles per acabar amb la desocupació. En definitiva, volem imposar un programa perquè la crisi i la resolució dels grans problemes socials recaiguin sobre els capitalistes, perquè les nostres vides valen molt més que els seus guanys: Valem més que això!

5) Acabar amb el patriarcat i totes les formes d’opressió aliades al capitalisme

El moviment de dones ha realitzat una jornada històrica de vaga el passat 8M. I és que la igualtat davant la llei no es correspon amb la igualtat en la vida. Per a nosaltres, el capitalisme té reservats els treballs pitjor pagats i les jornades parcials, mentre manté sobre les nostres espatlles els treballs de cures que l’Estat es nega a cobrir. El patriarcat es demostra com el millor aliat del capitalisme i de la maximització dels guanys.

Nosaltres lluitem contra la violència masclista i els feminicidis, que són l’última baula de tota una cadena de violències: la violència sexual, els abusos, la violència laboral, la imposició d’estereotips físics i de bellesa, etc. Som part del moviment de dones per cridar ben fort “Ni una menys, perquè vives ens volem” i lluitem contra l’aliança criminal del patriarcat i el capitalisme.

Aquesta lluita també l’hem de portar a l’interior del sistema educatiu. Volem qüestionar el currículum de tots els nivells d’ensenyament, en el qual els rols de gènere s’ensenyen des de la primera infància i les dones, les seves contribucions a la història i la perspectiva de gènere està pràcticament absent. També a la casta universitària patriarcal que fa acords amb l’Església, bloqueja o elimina estudis de gènere i dificulta l’accés de les universitàries a la carrera docent i investigadora. Estem a favor d’emprendre comissions de dones i LGTBI en les facultats i altres centres d’estudi, al costat de les professores i les treballadores dels serveis, la majoria en condicions laborals miserables.

Tampoc oblidem que el dret a l’avortament està vetat i fins i tot castigat amb presó per a milions de dones del món. Però en l’Estat espanyol tampoc és un dret universal, restringit per a les menors de 18 anys i per a les immigrants sense papers que no poden accedir a la sanitat. Exigim un dret a l’avortament lliure, segur i gratuït per a totes.

Alhora, lluitem al costat de la classe treballadora. Amb les dones precàries que comencen a organitzar-se i ser exemples de dignitat obrera, com Les Kellys, amb les qui varem marxar el 8M. Per la igualtat salarial i la fi de la segregació funcional en les empreses, per guarderies gratuïtes als centres de treball a càrrec de la patronal i la socialització dels treballs reproductius i de cures. Per tot això és que impulsem l’agrupació de dones Pan y Rosas en tot l’Estat i a nivell internacional, una agrupació feminista anticapitalista i revolucionària, que lluita contra l’aliança del capitalisme i el patriarcat.

Lluitem contra tot tipus d’opressió. Contra el masclisme i la LGTBIfòbia, contra el racisme i la triple explotació que sofreixen les persones migrades. Exigim la despatologització trans i la inclusió de tot el procés transicional en la Seguretat Social. Som una joventut antiracista i antiimperialista, que lluita per la fi de les lleis d’estrangeria, el tancament dels CIEs, l’obertura de fronteres i els papers per a tots.

Estem al costat dels grups d’immigrants que s’organitzen i resisteixen. Al costat dels manters que lluiten contra la criminalització i la repressió dels ajuntaments “del canvi” -com el cas de Mami Mbaye qui va morir a Madrid després de ser perseguit per la policia municipal de Manuela Carmena-. Ens rebel·lem contra aquesta Europa fortalesa que deixa morir a milers en el Mediterrani o en les tanques de Ceuta i Melilla, mentre l’extrema dreta racista guanya espai a tota Europa. També denunciem la xenofòbia present a l’escola i les universitats, com es mostra en el fet que els estudiants extracomunitaris hagin de pagar matrícules i taxes molt més cares.

Lluitem contra el capitalisme perquè avui, més que mai en la història, poden veure’s les conseqüències destructives del capital contra la societat i la naturalesa. La crisi ambiental global que ens amenaça es manifesta en greus problemes com la degradació i devastació d’ecosistemes de la nostra terra, l’aire i les aigües; desastres com a inundacions o incendis, malbaratament energètic o crisis alimentàries, destruint la qualitat de la vida humana i de la resta de les espècies i amb una dinàmica que amenaça la nostra pròpia supervivència.

Davant aquesta realitat hi ha els qui encoratgen il·lusions sobre la possibilitat d’aconseguir una planificació ambiental en els marcs del sistema capitalista. Però els explotadors mai planificaran res en benefici de l’ambient ni de la qualitat de vida del poble, perquè la lògica de l’acumulació del capital va precisament en contra de la preservació dels ecosistemes i els cicles ecològics.

Per això creiem que no és possible resoldre la crisi ambiental sense canviar la societat, és a dir sense acabar amb els seus responsables: la gran propietat privada i l’explotació capitalista. Entorn de la crisi ambiental global es juga la supervivència de la humanitat. El dilema “socialisme o barbàrie” plantejat per Rosa Luxemburg és avui més vigent que mai.

6) Partir de les lliçons del cicle de lluites anterior

Per proposar-nos emprendre noves lluites, hem de partir de les lliçons que deixen les lluites empreses des de l’inici de la crisi capitalista. El Règim del 78 va entrar en crisi amb la irrupció de la joventut indignada del 15M. Aquell moviment es va estendre a les universitats, va animar diversos moviments socials i va impactar en sectors de la classe treballadora, obligant a la burocràcia sindical a convocar dues jornades de vaga en 2012. No obstant això, si per alguna cosa van treballar les direccions de CCOO i UGT, va ser per evitar que la classe treballadora entrés en escena amb tota la seva força, la qual cosa es va convertir en la principal feblesa d’aquell cicle de mobilitzacions.

En aquesta situació, mentre retrocedia la lluita als carrers, les places i les empreses, va emergir un nou fenomen polític: Podemos i les candidatures del canvi. Prenent molt parcialment algunes de les demandes democràtiques i socials que es venien plantejant des dels carrers, van propugnar obertament passar del carrer a les institucions, apostant a una reforma del règim i a un programa redistributiu.

No obstant això, ni tan sols han mantingut aquestes limitades finalitats. Unidos Podemos ha anat confeccionant un programa cada vegada més moderat i respectuós amb el règim polític, com vam veure clarament en la qüestió catalana, negant-se a reconèixer l’1-O com un referèndum per no comptar amb la vènia de Moncloa i Sarsuela. La seva aposta ja no és regenerar el Règim del 78, sinó simplement formar un govern de coalició amb la seva pota esquerra, el PSOE del 135 i el 155.

On més clarament s’ha mostrat aquesta integració és als anomenats “ajuntaments del canvi”. Aquí s’ha passat de la “auditoria i reestructuració del deute” a presumir de ser els campions de pagar-la, d’oposar-se als desnonaments a practicar-los, de denunciar la criminalització del top manta a estar al capdavant d’aquesta, de defensar la remunicipalització a lliurar de nou serveis essencials a les grans constructores.

D’altra banda, a Catalunya, el 15M, com a moviment que impugnava el Règim del 78, va tenir una continuïtat en el moviment independentista. No obstant això, des del començament els partits del règim catalans (CiU i ERC) van ser capaços de resituar-se i posar-se al capdavant del mateix per salvar-se de la crema -encara que CiU va acabar esclatant i CDC transformant-se en el PDeCAT- i alhora tractar de contenir el seu potencial.

Lamentablement aquesta maniobra no va ser advertida per la CUP, que amb la seva política de “mà estesa” va contribuir a alimentar-la i no preparar un “full de ruta” independent. Una política que en el moviment estudiantil va tenir també el seu reflex en la línia del SEPC, negant-se al fet que la lluita als centres d’estudi unís les demandes democràtiques amb les socials i estudiantils o arribant fins i tot a renunciar a demandes com la universitat gratuïta en favor d’una possible rebaixa de taxes acordada amb ERC i el PDeCAT.

En els més de 5 anys de procés l’esquerra independentista s’ha negat a plantejar una estratègia basada en la mobilització social i amb un programa transicional per fer pagar la crisi als capitalistes. Aquesta era l’única via per aconseguir sumar a la classe treballadora catalana i estendre ponts amb la de la resta de l’Estat per lluitar en comú contra la Corona i el Règim del 78.

El resultat de la tardor catalana no es pot separar d’això. L’escalada repressiva i la claudicació cada vegada més oberta de les direccions processistes deixa al moviment català en una situació complexa. Reprendre aquesta lluita sobre bases noves, sobre les lliçons de la tardor, ha de partir de la ruptura fins al final amb la política de conciliació amb la burgesia i petita burgesia catalana.

7) Com lluitar per aconseguir acabar amb el capitalisme i el patriarcat?

Les agrupacions estudiantils impulsades per la CRT i Pan y Rosas impulsem aquesta trobada en la perspectiva de posar en peus una joventut anticapitalista, antipatriarcal i revolucionària. El nostre projecte és el de generar una joventut de combat, que es proposi lluitar per l’autoorganització als centres d’estudi i de treball. Defensem un moviment estudiantil inspirat en les grans gestes històriques com el maig del 68 o el moviment estudiantil dels anys 70 contra la dictadura.

Un moviment estudiantil que es base en assemblees de facultat i institut com a centre de deliberació i decisió, amb elecció de delegats revocables i amb mandat que constitueixin coordinadores per conformar una direcció del moviment estudiantil realment democràtica i representativa i que no pensi en el moviment estudiantil amb una perspectiva corporativa.

Estem per tant en contra de tota temptativa d’autoproclamació i burocratisme com el que encarna el Sindicato de Estudiantes que sol convocar vagues estudiantils sense consultar en assemblees al propi moviment estudiantil, i tampoc acordem amb les polítiques d’altres corrents juvenils com el Frente de Estudiantes que solament aspiren a substituir la seva posició hegemònica emprant els seus mateixos mètodes.

Contra tota idea que les vagues i mobilitzacions es decreten per a dalt, proposem discutir un pla de lluita des de les assemblees que busqui la confluència i unitat amb la classe treballadora. Volem portar als centres d’estudi les lluites dels treballadors, recolzar-les i contribuir a tots els processos d’organització que es donin i ser part de les lluites contra els acomiadaments, la precarietat i la burocràcia sindical.

La unitat-obrer estudiantil és una qüestió estratègica. Només la classe obrera està veritablement interessada en la gratuïtat de la universitat i a poder accedir a ella, i sobretot a conquistar un ensenyament públic que estigui realment al servei dels interessos de les grans majories socials. Per això buscar l’aliança amb ella és clau per conquistar l’educació que volem.

Que permeti l’accés a les i els fills dels treballadors i la resta dels sectors populars per a la formació de professionals i intel·lectuals que serveixin a les necessitats de les àmplies majories i no de la minoria capitalista. Que formi enginyers que solucionin el problema de l’habitatge, advocats que ens defensin enfront dels atacs del règim i la patronal, a sociòlegs, politòlegs i historiadors que desmitifiquin la ideologia capitalista, sanitaris al servei del poble i no de les farmacèutiques...

Aquesta unitat és per a nosaltres la bandera distintiva per poder construir un moviment estudiantil que es proposi passar del qüestionament de la universitat i l’educació de classe, a la crítica i combat contra la societat de classes.

Perquè la nostra lluita és per la superació del sistema capitalista i totes les formes d’opressió que li serveixen d’aliades, com el patriarcat i el racisme. Un sistema en el qual els guanys d’una minoria de capitalistes estan per sobre de les nostres vides no es pot “humanitzar” amb petites reformes. Resignar-se davant el sistema capitalista és conformar-se amb un futur d’explotació i opressió, sense dret a la cultura, a l’oci, a la recreació, per convertir-nos en meres mercaderies al servei de la reproducció de les fortunes d’uns pocs. Contra aquest sistema ens rebel·lem, i contra tot l’aparell estatal i repressiu que ho defensa.

Lluitem per un món en el qual tots els avanços de la tècnica, la ciència i la cultura passin a estar a les nostres mans i al servei de les majories socials. Un món en el qual puguem reduir al mínim el temps dedicat al treball i amplificar les possibilitats de dedicar-nos a la cultura, la recerca, l’art, la recreació. Volem acabar amb l’explotació, perquè és l’única possibilitat de poder ser realment lliures, i bandejar les formes d’opressió que fins ara vénen servint al capitalisme per dividir-nos i fonamentar una societat que s’encamina a formes cada vegada pitjors de barbàrie com veiem a Síria o en l’existència de milions de persones que moren de gana al món.

Som conscients que aquesta lluita transcendeix les fronteres. Per això som internacionalistes, lluitem contra el nostre propi imperialisme i emprenem aquest projecte com a part d’una joventut que està també organitzant-se i lluitant des d’aquesta perspectiva en altres països. Per exemple, a França, els nostres companys de la CCR estan enfrontant la reforma laboral i universitària de Macron, lluitant als carrers al costat dels ferroviaris en una “primavera francesa” que té aires de maig del 68. A Brasil, els nostres companys de FAISCA són part de la lluita contra el cop de Temer i a Argentina, la joventut del PTS està al capdavant de les lluites de la joventut contra els ajustos del govern de dretes de Macri.

Per tots aquests motius, des de les agrupacions estudiantils i l’agrupació de dones Pan y Rosas, convoquem a aquesta trobada per impulsar la formació d’una joventut anticapitalista, antipatriarcal i revolucionària, que lluiti contra corrent a l’individualisme, el conformisme i la idea que és possible humanitzar al capitalisme. Una joventut que anomenem Contracorrent, perquè ens rebel·lem contra els corrents del pensament oficial i l’Estat, que ens volen precaris i callats.

La història del segle XX està plena de revolucions en les quals la classe obrera i el poble pobre van donar tot de si, però no van comptar amb una organització pròpia a l’altura d’aquests combats, com va ocórrer en la revolució espanyola de 1936. No comencem de zero cada dia. La nostra lluita per noves revolucions al segle XXI ha de partir de les grans lliçons que van deixar plantejades les principals gestes revolucionàries del passat, homes i dones de la classe treballadora. És per això que, com a part d’aquesta lluita per una societat sense explotació, ens plantegem la necessitat de construir una gran organització revolucionària de la classe treballadora, les dones i la joventut.

Galego

MANIFESTO PROGRAMÁTICO

Nace Contracorrente: unha mocidade anticapitalista, antipatriarcal e revolucionaria

A 50 anos do maio francés lanzamos Contracorrente, unha mocidade anticapitalista, antipatriarcal e revolucionaria que loita xunto á clase traballadora para poñer en xaque a este sistema. Este é o noso manifesto programático.

1) A mocidade, punta de lanza contra o Réxime do 78

No actual curso, a mocidade está a ser protagonista dun cambio. Do outono á primavera catalá, desde a gran folga do 8 M ata as manifestacións polas pensións, desde a loita contra a represión ata os conflitos laborais que encabezan mozos traballadores en precario. A loita de clases parece volver ao centro da escena, contra o goberno do PP, o bloque monárquico que encabeza e o Réxime do 78.

Mentres tanto, eles reármanse con medidas cada vez máis e represivas para facernos fronte e que sigamos pagando a restructuración e axuste económico, para que os capitalistas maximicen as súas ganancias millonarias.

Saímos a loitar despois dun período no que houbo desmobilización e grandes ilusións en que o cambio chegaría pola vía institucional. Pero a cantilena de que a mobilización social e a protesta xa non servían, que se vendeu desde a “esquerda do cambio”, convence cada vez menos. As novas e os mozos estamos á fronte do retorno da loita nas rúas, nos centros de estudo e de traballo.

Non é para menos. Que nos deu e que nos ofrecen o Réxime do 78 e o capitalismo español? Absolutamente nada, ou mellor devandito nada bo. O relato idílico da Transición e os meles da democracia do 78 non nos convenceu nunca. Vemos decrépita e antidemocrática a institución monárquica, non aceptamos a opresión e negación dos dereitos democráticos de cataláns, vascos, galegos e o resto de nacións do Estado, rebelámonos contra unha caste política que vive e traballa ao servizo das grandes empresas e familias, tamén contra o resto de castes que nutren o réxime herdeiro da ditadura, a xudicial, a policial, a eclesiástica, a mediática ou a universitaria, que coñecemos e sufrimos en primeira persoa.

O sistema social ao que devandito andamiaje político serve, o capitalismo, quérenos condenar a ser unha “xeración perdida”. Expúlsannos das universidades e entréganas ás empresas. Condénannos ao paro masivo e a maior das precariedades. Impídennos algo tan básico como poder saír do fogar familiar debido á especulación inmobiliaria e a xentrificación dos nosos barrios.

Por iso, dicimos basta aos ataques contra a liberdade de expresión e sumámonos á esixencia de desprocesamiento e liberdade de todos os presos políticos; somos parte activa e solidaria co movemento democrático catalán, contra o 155 e polo dereito para decidir; en definitiva, loitamos por acabar co réxime herdeiro da Ditadura, a Monarquía e a democracia do IBEX35. Isto debería ser parte central da nosa “axenda” como xeración.

2) Revolucionar as facultades e institutos e convertelos en trincheiras de loita

Os nosos centros de estudo deben ser lugares de organización, debate e, sobre todo, de combate. Porque só desenvolvendo a loita poderemos conquistar unha educación pública, gratuíta, laica, suficientemente financiada e realmente democrática.

Porque queremos reverter todas as contrarreformas impostas nas últimas décadas, desde a LOU ata o 3+2, pasando por Bolonia, a LOMCE e as reválidas. Nos últimos anos estas levaron a unha elitización brutal da universidade. Á vez a universidade quedou “en venda”, convertida no coto privado das empresas e bancos. Eles ocupan directa e indirectamente a maior parte dos postos nos infames “Consellos Sociais”, deciden que estudamos, que se investiga e en que condicións.

Como parte deste proceso vimos como se despedían profesores e se precarizaban por centos de miles. A universidade pública do Estado español é neste momento una das “empresas” con peores condicións laborais, con docentes que cobran 400 e 800 euros, traballadoras da limpeza e cafetería explotadas polas mesmas subcontratas que o fan coas Kellys nos hoteis e unha lexión de estudantes e bolseiros traballando xornadas completas por menos de 500 euros.

Todo este proceso contou coa participación da caste universitaria. Reitores, decanos e catedráticos apoiaron activamente a privatización da universidade e souberon beneficiarse da mesma. O antidemocrático sistema de goberno universitario (que garante o absoluto control da institución por esta caste que non supón máis do 5% da comunidade universitaria) permitiulles estreitar os lazos cos gobernos e empresas, combinando o seu traballo ordinario con cursos, estancias, postos na empresa privada e outras prebendas, así como a dirección e participación nos másteres a cambio de sobresueldos de escándalo. O escándalo do máster de Cifuentes non só é unha proba máis da corrupción da caste política, senón que tamén saca á luz a convivencia desta coa caste universitaria.

Chama a atención que desde a “esquerda do cambio”, que naceu cun discurso contra a caste política, non se levantou nunca a máis mínima denuncia a esta outra caste, da que proveñen doutra banda boa parte dos seus cadros dirixentes. No escándalo Cifuentes non denuncian ao réxime universitario que fai posible esta e outras moitas corruptelas, senón que propoñen como “alternativa” ao PP un goberno do PSOE presidido por un prohombre da caste universitaria, Anxo Gabilondo, antigo reitor da UAM e presidente da CRUE.

A situación non é mellor na educación secundaria e a FP. Os recortes orzamentarios han pechado aulas, despedido máis de 80.000 profesores, masificado as aulas, mantido a miles de estudantes en barracóns ou sen calefacción e impoñendo matrículas cada vez máis caras para os ciclos formativos.

Leis como a LOMCE reforzaron os aspectos máis autoritarios do goberno dos centros, onde os estudantes só contan con representacións simbólicas, fortaleceron os itinerarios segregadores, as divisións entre centros de primeira e de segunda e aumentado os obstáculos académicos para chegar aos estudos superiores, co endurecemento das PAU e a ameaza das reválidas.

Os centros da Igrexa seguen recibindo miles de millóns, incluídos os do Opus Dei, favorecendo así o adoctrinamiento nas ideas máis oscurantistas. E na escola pública téntase reforzar o ensino relixioso, o adoctrinamiento españolista e a persecución do ensino nas linguas cooficiais, como vimos coa ofensiva contra o catalán.

Loitamos por unha educación pública realmente gratuíta en todos os seus niveis, incluída a universidade, e un sistema de bolsas salarios para que os fillos e fillas das familias traballadoras poidan cursar estudos superiores. Para iso defendemos un financiamento suficiente, que garanta unha baixada das cocientes de alumnos, libros, materiais, comedores e transporte gratuítos, e condicións laborais dignas para todos os traballadores do ensino. Estes fondos só poden saír de impostos ás grandes fortunas e empresas, que sirvan para financiar os servizos públicos que levan anos desmantelando.

Pelexamos por unha educación que sexa laica, polo fin do concordato entre a Igrexa e o Estado, que se pechen as capelas que hai aínda nos centros públicos, os acordos entre universidades e bispados, e que toda a rede de ensino concertado sexa nacionalizada e integrada nunha rede única de ensino púbica baixo o control democrático dos estudantes, docentes e os traballadores.

Queremos ver a todas as empresas fóra da universidade e acabar co reinado da “caste universitaria”. Defendemos sistemas de goberno de maioría estudantil, sen votos #ponderado e con todos os cargos revocables. Pelexamos por esta maioría estudantil tamén nos centros de secundaria e loitamos polos plenos dereitos de reunión, organización e folga dos e as estudantes. E loitamos polo fin do traballo gratis e en precario dos estudantes, polas prácticas remuneradas de FP, graos e másteres, con plenos dereitos sindicais e polo pase a persoal de todos os bolseiros que hoxe están a traballar en condicións de semi escravitude.

Tamén é necesaria unha auténtica revolución pedagóxica dentro das escolas. Estamos en contra do ensino memorística, libresca, aburrida, competitiva e sen sentido que nos impoñen. Queremos un sistema educativo que non estea baseado en premios e castigos e no sistema de exames. Queremos xeneralizar e multiplicar as experiencias de distintas escolas pedagóxicas alternativas que cuestionan este sistema educativo, esquecidas por Gobernos conservadores que só buscan converternos en máquinas baixo a autoridade do mercado.

3) Do cuestionamiento da universidade de clases, á crítica da sociedade de clases

As universidades non só son unha fábrica de man de obra para a precariedade, senón tamén e principalmente un gran instrumento de fabricación de ideoloxía burguesa. Historicamente, a burguesía en ascenso transformou as vellas institucións educativas nos seus contidos e na súa organización, para poñelas ao servizo das necesidades e intereses da nova clase hexemónica. Desde entón, esta estrutura foi conmovida pola entrada masiva de sectores das clases medias a partir dos anos ’60 dando lugar ao xurdimento das universidades de masas. Con todo, a universidade como institución nunca deixou de funcionar como fábrica da ideoloxía da clase dominante.

Mediante unha verdadeira ofensiva contra o que outrora foi a universidade de masas, a burguesía fixo da universidade o seu soño: acceso restrinxido, arancelada e á medida dos polbos capitalistas, que financian as carreiras segundo as súas necesidades, mentres forman “profesionais” dedicados a xustificar a irracionalidad do sistema capitalista. Na maioría das clases e seminarios, en todos os plans de estudo, foméntase a glorificación do liberalismo, o individualismo e líbrase unha guerra contra o marxismo e todas as ideas contestatarias.

Por iso, para nós, a loita na universidade pasa por propoñernos librar unha loita ao contraxeito tamén no terreo das ideas, promovendo debates ou iniciativas como a Cátedra Libre Karl Marx, para converter as nosas aulas en espazos de crítica profunda á sociedade capitalista, á academia e en defensa do marxismo.

“Do cuestionamiento da universidade de clases á crítica da sociedade de clases” foi unha das grandes conclusións que nos deixou o movemento estudantil no Maio Francés. Esa é a tradición que queremos retomar hoxe.

Hoxe poñemos as nosas forzas en dar esta pelexa, para desenvolver unha corrente anticapitalista e revolucionaria no movemento estudantil e na mocidade. Unha corrente que recupere a idea da revolución, hoxe borrada da conciencia da mocidade. Que recupere as bandeiras que percorrían o mundo na década dos ´60: “prohibido prohibir a revolución”.

4) Loitar contra a precariedade xunto ao resto da clase traballadora

A precariedade que xa vemos na universidade e nas prácticas obrigatorias é só o adianto do que nos atopamos cando chegamos ao mercado laboral. O capitalismo español reserva á mocidade, como ás mulleres e inmigrantes, as peores condicións laborais desde hai décadas. Se na época do milagre económico xa sufriamos a temporalidade e os salarios de miseria, coa crise esta situación avanza sen freo e de maneira aínda máis brutal.

Aínda sufrimos un paro xuvenil que se sitúa en torno ao 50%, e os que poden atopar un traballo conségueno en forma de minijob, contrato lixo, cando non son obrigados a darse de altas como autónomos. Cobrar 300, 400 ou 600 euros é a tónica habitual. Os nosos dereitos sindicais son papel mollado ante esta situación de precariedade e de prácticas antisindicales. Con este panorama, algo tan elemental como irse a vivir só convértese nunha empresa imposible, máis aínda ante as subidas desbocadas dos prezos do aluguer nas grandes cidades.

Esta situación ten responsables concretos. En primeiro lugar, os grandes partidos do Réxime, que levan desde os 80 lexislando para dividir á clase traballadora, formando unha franxa cada vez máis ampla de sectores ultraexplotados no que sempre estivo a mocidade traballadora. Pero tamén as direccións dos grandes sindicatos. Non esquecemos que CCOO e UXT asinaron as reformas laborais de Aznar e as primeiras de Zapatero, e que ante as do 2010 e a de Rajoy optaron por deixala pasar, negándose a expor un plan de loita serio máis aló de xornadas de paro de 24 horas illadas.

Estes sindicatos veñen aceptando convenios de segregación como o de Delivery, dobres táboas salariais, a subcontratación e externalización de cada vez máis servizos e áreas da produción. A burocracia sindical nin defende, nin moito menos organiza aos sectores máis precarios. Abona así unha división da clase traballadora que a prexudica de conxunto e que facilita tamén que, sobre todo desde o inicio da crise, quéirase agora arremeter contra os sectores obreiros que aínda conservan algunhas conquistas e mellores condicións.

Contra esta situación e esta caste sindical veñen organizando e dando batalla cada vez máis sectores da mocidade traballadora e os sectores precarios. Vímolo en Telepizza ou Deliveroo, en Amazon e a súa recente folga ou nos profesores interinos andaluces nestas semanas. Pero non só eles: a marea de pensionistas está a dar un gran exemplo de loita, organízase e cuestiona ás vellas direccións sindicais.

Como novos estudantes, en paro ou con traballos precarios queremos ser parte destes procesos de organización e loita. A mocidade temos que ser parte da rexeneración do movemento obreiro, ata varrer á burocracia sindical. Por iso defendemos o método das asembleas, as coordinadoras e os comités de solidariedade coas loitas obreiras, promovemos a sindicalización entre os estudantes de FP e pelexamos pola unidade dos traballadores e traballadoras máis aló das divisións sindicais ou por categorías que veñen impostas.

Contra a precariedade, loitamos pola derrogación de todas as reformas laborais, a prohibición dos despedimentos, as externalizaciones e de todos os contratos lixo existentes. Que todos os traballadores e traballadoras pasen a persoal fixo, cun SMI de 1.200 euros, xubilacións iguais ao SMI e aos 55 anos e que se repartan as horas de traballo entre todos os brazos dispoñibles para acabar co desemprego. En definitiva, queremos impoñer un programa para que a crise e a resolución dos grandes problemas sociais recaian sobre os capitalistas, porque as nosas vidas valen moito máis que as súas ganancias: Valemos máis que isto!

5) Acabar co patriarcado e todas as formas de opresión aliadas ao capitalismo

O movemento de mulleres levou adiante unha xornada histórica de folga o pasado 8M. É que a igualdade ante a lei non se corresponde coa igualdade na vida. Para nós, o capitalismo ten reservados os traballos peor pagos e as xornadas parciais, mentres mantén sobre os nosos ombreiros os traballos de coidados que o Estado se nega a cubrir. O patriarcado demóstrase como o mellor aliado do capitalismo e da maximización das ganancias.

Nós loitamos contra a violencia machista e os feminicidios, que son o último elo de toda unha cadea de violencias: a violencia sexual, os abusos, a violencia laboral, a imposición de estereotipos físicos e de beleza, etc. Somos parte do movemento de mulleres para dicir ben forte “Nin unha menos, porque vivas querémonos” e loitamos contra a alianza criminal do patriarcado e o capitalismo.

Esta loita tamén a temos que levar ao interior do sistema educativo. Queremos cuestionar o currículo de todos os niveis de ensino, no que os roles de xénero ensínanse desde a primeira infancia e as mulleres, as súas contribucións á historia e a perspectiva de xénero está practicamente ausente. Tamén á caste universitaria patriarcal que fai acordos coa Igrexa, bloquea ou elimina estudos de xénero e dificulta o acceso das universitarias á carreira docente e investigadora. Estamos a favor de levantar comisións de mulleres e LGTBI nas facultades e demais centros de estudo, xunto ás profesoras e as traballadoras dos servizos, a maioría en condicións laborais miserables.

Tampouco esquecemos que o dereito ao aborto está vetado e mesmo castigado con cárcere para millóns de mulleres do mundo. Pero no Estado Español tampouco é un dereito universal, restrinxido para as menores de 18 anos e para as inmigrantes sen papeis que non poden acceder á sanidade. Esiximos un dereito ao aborto libre, seguro e gratuíto para todas.

Á vez, queremos pelexar xunto á clase traballadora. Coas mulleres precarias que comezan a organizarse e ser exemplos de dignidade obreira, como As Kellys, con quen marcho o 8M. Pola igualdade salarial e o fin da segregación funcional nas empresas, por garderías gratuítas nos centros de traballo a cargo da patronal e a socialización dos traballos reprodutivos e de coidados. Por todo isto é que impulsamos a agrupación de mulleres Pan e Rosas en todo o Estado e a nivel internacional, unha agrupación feminista anticapitalista e revolucionaria, que loita contra a alianza do capitalismo e o patriarcado.

Loitamos contra todo tipo de opresión. Contra o machismo e a LGTBIfobia, contra o racismo e a tripla explotación que sofren as persoas migradas. Esiximos a despatologización trans e a inclusión de todo o proceso transicional na Seguridade Social. Somos unha mocidade antirracista e antiimperialista, que pelexa polo fin das leis de estranxeiría, o peche dos CIEs, a apertura de fronteiras e os papeis para todos.

Estamos xunto aos grupos de inmigrantes que se organizan e resisten. Xunto aos manteros que loitan contra a criminalización e a represión dos Concellos “do cambio” -como o caso de Mame Mbaye quen morreu en Madrid despois de ser perseguido pola policía municipal de Manuela Carmena-. Rebelámonos contra esta Europa fortaleza que deixa morrer a miles no Mediterráneo ou nos valos de Ceuta e Melilla, mentres a extrema dereita racista gana terreo en Europa. Tamén denunciamos a xenofobia presente na escola e as universidades, como se mostra no feito que os estudantes extracomunitarios teñan que pagar matrículas e taxas moito máis caras.

Loitamos contra o capitalismo porque hoxe, máis que nunca na historia, poden verse as consecuencias destrutivas do capital contra a sociedade e a natureza. A crise ambiental global que nos ameaza maniféstase en graves problemas como a degradación e devastación de ecosistemas completas, da nosa terra, o aire e as augas; desastres como inundacións ou incendios, malgasto enerxético ou crises alimentarias, destruíndo a calidade da vida humana e do resto das especies e cunha dinámica que ameaza nosa propia supervivencia.

Ante esta realidade hai quen alenta ilusións acerca da posibilidade de lograr unha planificación ambiental nos marcos do sistema capitalista. Pero os explotadores xamais planificarán nada en beneficio do ambiente nin da calidade de vida do pobo, porque a lóxica da acumulación do capital vai precisamente en contra da preservación dos ecosistemas e os ciclos ecolóxicos.

Por iso cremos que non é posible resolver a crise ambiental sen cambiar a sociedade, é dicir sen terminar cos seus responsables: a gran propiedade privada e a explotación capitalista. Ao redor da crise ambiental global xógase a supervivencia da humanidade. O dilema “socialismo ou barbarie” exposto por Rosa Luxemburg é hoxe máis vixente que nunca.

6) Partir das leccións do ciclo de loitas anterior

Para propoñernos emprender novas batallas, debemos partir das leccións que deixan as loitas emprendidas desde o inicio da crise capitalista. O Réxime do 78 entrou en crise coa irrupción da mocidade indignada do 15M. Aquel movemento estendeuse ás universidades, animou diversos movementos sociais e impactou en sectores da clase traballadora, obrigando á burocracia sindical a convocar dúas xornadas de folga en 2012. Con todo, se por algo traballaron as direccións de CCOO e UXT, foi por evitar que a clase traballadora entrase en escena con toda a súa forza, o cal se converteu na principal debilidade daquel ciclo de mobilizacións.

Nesta situación, mentres retrocedía a loita nas rúas, as prazas e as empresas, emerxeu un novo fenómeno político: Podemos e as candidaturas do cambio. Tomando moi parcialmente algunhas das demandas democráticas e sociais que viñan expondo desde as rúas, propugnaron abertamente pasar da rúa ás institucións, apostando a unha reforma do réxime e a un programa redistributivo.

Con todo, nin tan sequera estes limitados fins mantiveron. Unidos Podemos foi confeccionando un programa cada vez máis moderado e respectuoso co réxime político, como vimos claramente na cuestión catalá, negándose a recoñecer o 1-Ou como un referendo por non contar coa venia de Moncloa e Zarzuela. A súa aposta xa non é sequera rexenerar o Réxime do 78, senón simplemente formar un goberno de coalición coa súa pata esquerda, o PSOE do 135 e o 155.

Onde máis claramente mostrouse esta integración é nos chamados “Concellos do cambio”. Aquí pasouse da “ auditoria e restructuración da débeda” para presumir de ser os campións de pagala, de opoñerse aos desafiuzamentos para practicalos, de denunciar a criminalización do top manta a estar á cabeza desta, de defender a remunicipalización a entregar de novo servizos esenciais ás grandes construtoras.

Doutra banda, en Catalunya, o 15 M, como movemento que impugnaba o Réxime do 78, tivo unha continuidade no movemento independentista. Con todo, desde o comezo os partidos do réxime cataláns (CiU e ERC) foron capaces de recolocarse e poñerse á fronte do mesmo para salvarse da queima –aínda que CiU acabo estalando e CDC transformándose no PDeCAT- e á vez tratar de conter o seu potencial.

Lamentablemente esta manobra non foi advertida pola CUP, que coa súa política de “man estendida” contribuíu a alimentala e non preparar unha “folla de ruta” independente. Unha política que no movemento estudantil tivo tamén o seu reflexo na liña do SEPC, negándose a que a loita nos centros de estudo unise as demandas democráticas coas sociais e estudantís ou chegando mesmo a renunciar a demandas como a universidade gratuíta en favor dunha posible rebaixa de taxas acordada con ERC e o PDeCAT.

Nos máis de 5 anos de proceso a esquerda independentista negouse a expor unha estratexia baseada na mobilización social e cun programa transicional para facer pagar a crise aos capitalistas. Esta era a única vía para lograr sumar á clase traballadora catalá e tender pontes coa do resto do Estado para loitar en común contra a Coroa e o Réxime do 78.

O resultado do outono catalán non se pode separar disto. A escalada represiva e a claudicación cada vez máis aberta das direccións procesistas deixa ao movemento catalán nunha situación complexa. Reemprender esta loita sobre bases novas, sobre as leccións do outono, debe partir da ruptura ata o final coa política de conciliación coa burguesía e pequeñaburguesía catalá.

7) Como combater para lograr terminar co capitalismo e o patriarcado?

As agrupacións estudantís impulsadas pola CRT e Pan e Rosas impulsamos este encontro na perspectiva de poñer en pé unha mocidade anticapitalista, antipatriarcal e revolucionaria. O noso proxecto é o de xerar unha mocidade de combate, que se propoña pelexar pola autoorganización nos centros de estudo e de traballo. Defendemos un movemento estudantil inspirado nas grandes xestas históricas como o maio do 68 ou o movemento estudantil dos anos 70 contra a ditadura.

Un movemento estudantil que se base en asembleas de facultade e instituto como centro de deliberación e decisión, con elección de delegados revocables e con mandato que constitúan coordinadoras para conformar unha dirección do movemento estudantil realmente democrática e representativa e que non pense no movemento estudantil cunha perspectiva corporativa.

Estamos por tanto en contra de toda tentativa de autoproclamación e burocratismo como o que encarna o Sindicato de Estudantes que adoita convocar folgas estudantís sen consultar en asembleas ao propio movemento estudantil, e tampouco acordamos coas políticas doutras correntes xuvenís como a Fronte de Estudantes que só aspiran a substituír a súa posición hexemónica empregando as súas mesmos métodos.

Contra toda idea de que as folgas e mobilizacións decrétanse por arriba, propoñemos discutir un plan de loita desde as asembleas que busque a confluencia e unidade coa clase traballadora. Queremos levar aos centros de estudo as loitas dos traballadores, apoialas e contribuír a todos os procesos de organización que se dean e ser parte das loitas contra os despedimentos, a precariedade e a burocracia sindical.

A unidade-obreiro estudantil é unha cuestión estratéxica. Só a clase obreira está verdadeiramente interesada na gratuidade da universidade e en poder acceder a ela, e sobre todo en conquistar un ensino público que estea realmente ao servizo dos intereses das grandes maiorías sociais. Por iso buscar a alianza con ela é clave para conquistar a educación que queremos.

Que permita o acceso ás e os fillos dos traballadores e o resto dos sectores populares para a formación de profesionais e intelectuais que sirvan ás necesidades das amplas maiorías e non da minoría capitalista. Que forme enxeñeiros que solucionen o problema da vivenda, avogados que nos defendan fronte aos ataques do réxime e a patronal, a sociólogos, politólogos e historiadores que desmitifiquen a ideoloxía capitalista, sanitarios ao servizo do pobo e non das farmacéuticas...

Esta unidade é para nós a bandeira distintiva para poder construír un movemento estudantil que se propoña pasar do cuestionamiento da universidade e a educación de clase, á crítica e combate contra a sociedade de clases.

Porque a nosa loita é pola superación do sistema capitalista e todas as formas de opresión que lle serven de aliadas, como o patriarcado e o racismo. Un sistema no que as ganancias dunha minoría de capitalistas están por encima das nosas vidas non se pode “humanizar” con pequenas reformas. Resignarse ante o sistema capitalista é conformarse cun futuro de explotación e opresión, sen dereito á cultura, ao lecer, á recreación, para converternos en meras mercadorías ao servizo da reprodución e engrandecimiento das fortunas duns poucos. Contra este sistema rebelámonos, e contra todo o aparello estatal e represivo que o defende.

Loitamos por un mundo no que todos os avances da técnica, a ciencia e a cultura pasen a estar nas nosas mans e ao servizo das maiorías sociais. Un mundo no que podamos reducir ao mínimo o tempo dedicado ao traballo e amplificar as posibilidades de dedicarnos á cultura, a investigación, a arte, a recreación. Queremos acabar coa explotación, porque é a única posibilidade de poder ser realmente libres, e desterrar as formas de opresión que ata agora veñen servindo ao capitalismo para dividirnos e fundamentar unha sociedade que se encamiña a formas cada vez peores de barbarie como vemos en Siria ou na existencia de millóns de persoas que morren de fame no mundo.

Somos conscientes de que esta pelexa transciende as fronteiras. Por iso somos internacionalistas, loitamos contra o noso propio imperialismo e emprendemos este proxecto como parte dunha mocidade que está tamén organizándose e loitando desde esta perspectiva noutros países. Por exemplo, en Francia, os nosos compañeiros da CCR están a enfrontar a reforma laboral e universitaria de Macron, loitando nas rúas xunto aos ferroviarios nunha “primavera francesa” que ten aires de maior do 68. En Brasil, os nosos compañeiros de FAISCA son parte da loita contra o golpe de Temer e en Arxentina, a mocidade do PTS está á cabeza das loitas da mocidade contra os axustes do goberno dereitista de Macri.

Por todos estes motivos, desde as agrupacións estudantís e a agrupación de mulleres Pan e Rosas, convocamos a este encontro para impulsar a formación dunha mocidade anticapitalista, antipatriarcal e revolucionaria, que loite contra a corrente do individualismo, o conformismo e a idea de que é posible humanizar ao capitalismo. Unha mocidade que chamamos Contracorriente, porque nos rebelamos contra as correntes do pensamento oficial e o Estado, que nos queren precarios e calados.

A historia do século XX está chea de revolucións nas que a clase obreira e o pobo pobre deron todo de si, pero non contaron cunha organización propia á altura deses combates, como ocorreu en revolución española de 1936. Non empezamos de cero cada día. A nosa loita por novas revolucións no século XXI ten que partir das grandes leccións que deixaron expostas as principais xestas revolucionarias do pasado, homes e mulleres da clase traballadora. É por iso que, como parte desta loita por unha sociedade sen explotación, expómonos a necesidade de construír unha gran organización revolucionaria da clase traballadora, as mulleres e a mocidade.